Algunas noches no suceden simplemente: permanecen.
Se ciernen sobre el tiempo, como si el universo supiera que no puede expandirse sin rendirles homenaje.
El show de Radiohead en el Movistar Arena de Madrid el viernes 7 de noviembre fue una de esas noches.
Después de siete años de silencio desde Una piscina en forma de lunaquince mil personas lo sintieron de repente: algo volvía a su lugar. El mundo, tal vez. Ellos, seguro.
Abrieron con “Planet Telex”, una canción que no había inaugurado un concierto desde 2008.
El suelo tembló, las luces giraron en espiral y el aire se volvió eléctrico.
No fue sólo un regreso: fue una convocatoria, una experiencia circular, inmersiva y de 360 grados de sonido, imagen y fe.
Entonces apareció Thom Yorke, moviéndose como un predicador que ha visto el futuro y no sabe si advertirnos o celebrarlo.
Se movía a otra velocidad, desprendido de la gravedad del resto: el público, la banda, el mundo.
Verlo fue como ver al Joker de Heath Ledger en la película de Nolan. El caballero oscuro Dirigir una sinfonía: genio y peligro, una sonrisa torcida, un hermoso caos.
Esa mirada de alguien que quemaría la ciudad sólo para ver el reflejo en el cristal.
Luego vino «Ahí, ahí».
La primera tormenta.
Perfecto. Preciso. Ascendente.
Un trueno que creció hasta tragarlo todo.
La multitud lo mantuvo en suspenso, sabiendo que la explosión era inevitable.
Y justo cuando la tormenta alcanzó su punto máximo, llegó “Sin Sorpresas”.
Y fue el arcoíris después del fin del mundo…
Las luces se volvieron blancas, luego doradas, y el escenario pareció abrirse para dejar entrar la paz.
La voz de Yorke flotó en el aire y quince mil cuerpos se entregaron, sin resistencia, a la belleza.
Sin saltar, sin gritar, sólo ríndete.
Fue la primera gran ovación de la noche: un suspiro colectivo.
Madrid respiró. Finalmente.
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Fue la tercera de cuatro noches consecutivas en la capital española, la primera etapa de una gira mundial que no parecía un regreso sino una redención.
OK computadora ancló la lista de canciones con seis canciones: “Lucky”, “Let Down”, “No Surprises”, “Paranoid Android”, “Subterranean Homesick Alien” y “Karma Police” – mientras que Hail to the Thief se mantuvo firme con cinco, equilibrando la distopía y la gracia.
Juntos, construyeron el esqueleto emocional del concierto, recordando a todos que el siglo XXI todavía suena como Radiohead.
“Idioteque” –ese grito electrónico, ese caos controlado– fue la alarma de un planeta que ya no escucha.
Y luego, «Solo».
Ausente desde 2009.
Cuando golpeó, la multitud estalló como si alguien hubiera presionado un botón de reinicio en un corazón colectivo.
No fue nostalgia. Fue resurrección.
Visualmente, el espectáculo oscilaba entre una catedral y una pesadilla digital: pantallas giratorias, proyecciones cambiantes, cuerpos que se disolvían en luz.
A veces, no podías saber si estabas viendo Radiohead o tu propio subconsciente tratando de liberarse.
Yorke bailó, giró, rompió, se reconstruyó: un medio eléctrico sintonizado a una frecuencia que nadie más podía alcanzar.
Y «Creep» no estaba allí.
Tampoco fue necesario.
Porque Radiohead ya no toca canciones, toca conceptos.
No repiten el pasado; ellos dictan el destino.
Cerraron con “Karma Police”.
Quince mil voces cantaron “Por un minuto allí me perdí”.
Yorke sonrió: mitad ternura, mitad amenaza.
Por un minuto todos nos perdimos.
Y fue hermoso.
Porque ese minuto, ese momento, justificó cada silencio, cada espera, cada invierno.
No fue un concierto.
Fue una alineación planetaria.
Una noche en la que la humanidad recordó lo que se siente cuando todo está en el lugar correcto.
Porque sí: todo –absolutamente todo– estaba en su lugar.
Jorge Fernández es periodista musical y editor en jefe de Corrientes Circulares, un medio español centrado en música alternativa e indie, tanto nacional como internacional.
Radiohead, 7 de noviembre en el Movistar Arena de Madrid – Setlist:
Planet Telex (primera vez como abridor de set desde 2008)
2 + 2 = 5
Sentarse. Ponerse de pie.
Floración
Afortunado
Parada completa
El crepúsculo
allí allí
Sin sorpresas
Filmar con una videocámara
Peces raros/Arpegios
Todo en su lugar correcto
15 Paso
El himno nacional
Soñador
Alienígena subterráneo nostálgico
ladrones de cuerpos
Estúpido
Bis:
Árboles de plástico falsos
Dejar abajo
Androide paranoico
¿Tú y el ejército de quién?
Un lobo en la puerta
Sólo (primera vez desde 2009)
policía karma



