
La antigua sabiduría taoísta es una forma de vida que anima a las personas a fluir con la naturaleza y acoger los flujos y reflujos de la vida en lugar de resistirse a ellos. Basándose en ideas de los textos de Laozi como el Tao Te Chingenseña conceptos como Wu Wei (acción sin esfuerzo), Yin Yang (encontrar formas de equilibrar los opuestos) y seguir «el Camino». Pero estamos constantemente en contacto gracias a la tecnología, mientras que los efectos del cambio climático hacen que cada día surjan nuevas preocupaciones. ¿Sería útil recurrir al taoísmo?
El concepto taoísta de la naturaleza: comprender el flujo de la vida
En el taoísmo la naturaleza es vista como un perfecto sistema autorregulador. Aunque las técnicas modernas intentan controlarlo, los seguidores del pensamiento taoísta sugieren que la gente debería adaptarse a su flujo.
Todo (incluidos los ríos, los árboles, los animales y los seres humanos) tiene el Camino (Tao) en su interior. Y esta entidad se desliza a través de ellos sin esfuerzo: cuando nadan con la corriente, las cosas van bien; cuando no lo hacen, surgen problemas.
Un elemento central de la filosofía taoísta es la idea de Wu Wei, o acción que no implica lucha. Esto no significa no hacer nada, sino actuar de una manera que vaya con el flujo natural de las cosas.
Ziran, otro concepto importante de este sistema de creencias, puede traducirse como “espontaneidad natural”. Nos dice que actuemos sin un plan y así permitamos que los acontecimientos ocurran tal como lo harían si no estuviéramos presentes.
Lao Tse nos enseña en el Tao Te Ching que la naturaleza es sabia: “La naturaleza no se apresura, pero todo se logra”. Esto muestra cómo la paciencia puede ser más eficaz que forzar las cosas demasiado rápido y provocar desequilibrio.
Zhuangzi utiliza animales en sus parábolas para mostrar que las personas que viven libremente se sienten cómodas; sugiere que esto significa que seguir nuestros propios instintos en lugar de obedecer reglas rígidas nos acercará a una armonía subyacente con todas las cosas.
Dado que el cambio climático trae problemas potencialmente catastróficos para las generaciones futuras, es posible que todavía haya tiempo para que los humanos presten atención a las enseñanzas ambientales del pensamiento taoísta.
Yin y Yang: equilibrando los opuestos en un mundo acelerado
El concepto de taoísmo que hemos analizado anteriormente se puede resumir de la siguiente manera: los opuestos se complementan entre sí. Está representado por el Yin y el Yang, que están en constante estado de movimiento y cambio pero permanecen iguales. En este caso, cuando dos cosas van bien juntas, se parecen al Yin y al Yang.
En la actualidad, muchas personas viven muy rápido y realizan un exceso de la naturaleza yang. ¡Siempre tienen cierta prisa por hacer todo por ellos, hacer una carrera, tener éxito y mantenerse en movimiento! Sin embargo, un desequilibrio en el que constantemente hay más Yang que Yin produce estrés o fatiga (demasiado Yang).
Por el contrario, una persona que tiene abundante Yin pero carece de suficiente Yang puede sentirse frustrada o aburrida, ¡una experiencia que aún requiere energía! Estos individuos necesitan una cantidad igual de ambos tipos de energía: a eso se le llama equilibrio.
Una forma de ilustrar esto es a través del equilibrio entre la vida laboral y personal. En el momento en que trabajas demasiado, pierdes la tranquilidad y viceversa, lo cual también es cierto. La tecnología y el mindfulness también sirven como buen ejemplo.
Por un lado, los teléfonos inteligentes mejoran la comunicación, lo cual es bueno para nosotros. Por otro lado, si no se mantiene bajo control, un mayor nivel de tiempo frente a la pantalla hace que muchas personas pierdan la conexión con el momento presente.
Según la sabiduría taoísta, uno debe tomarse un descanso y hacer cambios cuando sea necesario. Relájese cuando haya trabajado duro, tómese un tiempo en un ambiente ajetreado y participe en rutinas simples en tales situaciones.
Sólo es posible estar verdaderamente sano en todos los sentidos cambiando del Yin al Yang y viceversa, y no tomando uno de estos extremos, como se ve en un mundo lleno de casos así.
Wu Wei y la simplicidad: adaptarse al cambio sin forzarlo
Imagina una hoja flotando en el río y dejándose llevar por la corriente. Sigue a Wu Wei o el principio taoísta de no acción. La naturaleza sigue su curso sin resistencia y esta hoja puede moverse río abajo.
Por otro lado, podríamos añadir que no significa no actuar, sino adaptarse al entorno para que todo salga bien, incluso en situaciones difíciles.
En la sociedad moderna, las prisas son parte integrante de nuestra vida cotidiana. Tenemos tantas responsabilidades que trabajamos demasiado, planificamos mucho y nos ocupamos de cosas tan intrascendentes.
Sea como fuere, el taoísmo propone que hay ocasiones en las que no hacer nada es el mejor curso de acción. En lugar de ir en contra y resistirse a los problemas, un individuo puede aprender de la naturaleza, que sigue la presión del viento y no se rompe por ello.
Este pensamiento está relacionado con otro principio taoísta fundamental, que es la sencillez. Cuanto más confusión, ya sea física, mental o emocional, tenga una persona, menos podrá seguir la corriente de la vida.
Según el Tao, uno debe liberarse de todo lo innecesario. Deshacerse del estrés y ver las cosas con claridad puede lograrse aplicando sabiduría taoísta como el minimalismo, la desaceleración y la concentración en cuestiones realmente importantes.
Desde una perspectiva práctica, Wu Wei trata de seguir el flujo natural: dejar que las cosas sucedan de forma natural en lugar de tratar de controlarlo todo. Es un recordatorio de que no se debe ver la vida como una competencia que hay que ganar, sino más bien como algo que hay que superar.
El cambio es inevitable, y cuando aceptamos este hecho en lugar de intentar luchar contra él, estaremos en armonía con el curso de la naturaleza y experimentaremos tranquilidad.
Taoísmo y ética ambiental: un modelo para una vida sostenible
Según el taoísmo, el hombre es parte del medio ambiente y no por encima de él. La percepción actual es que la gente siempre quiere tener el control a toda costa, incluso dominar su entorno.
El taoísmo nos hace seguir el camino correcto de la naturaleza y también nos dice que debemos aprender a seguir el camino correcto de la naturaleza. Se puede observar que esta creencia corre paralela a las directrices de la ética ambiental moderna respecto de la sostenibilidad y la no intervención con el medio ambiente o el ecosistema.
El desequilibrio se produce cuando interferimos con la naturaleza mediante el desarrollo excesivo de la tierra, perturbando los ecosistemas o los recursos. El taoísmo recomienda lo contrario. Propone una vida sencilla que sigue los caminos de la tierra, tomando sólo lo necesario para la supervivencia.
Vivir un estilo de vida sostenible es lo que fomentan las costumbres taoístas. Incluye cosas como poseer menos cosas y seguir la corriente. Durante siglos, los taoístas han construido aldeas diseñadas para encajar con la naturaleza en lugar de dominarla, un enfoque del que ahora se hacen eco arquitectos y entusiastas de la permacultura.
Hoy en día, los conservacionistas quieren reducir el desperdicio, salvaguardar la vida silvestre y detener el cambio climático: todas ideas que tienen sentido desde una perspectiva taoísta. Si observamos cómo funciona el mundo natural (y luego trabajamos junto a él), sostiene esta filosofía, estaremos en mejores condiciones para vivir en paz con nuestro planeta.
No es sólo una preocupación para las autoridades. Esta antigua costumbre china también alimenta una forma de pensar en la que quienes la siguen intentan lograr un equilibrio entre lo que los humanos necesitan y lo que el planeta puede proporcionar, todo el tiempo, asegurándose de mostrar el nivel adecuado de respeto por su medio ambiente.
Taoísmo en la salud y el bienestar: conexión mente-cuerpo
La verdadera salud, como nos enseña el taoísmo, implica equilibrar nuestro espíritu, mente y cuerpo. Esta tradición no sólo quiere que las personas alivien los síntomas. Les pide que sigan las señales de la naturaleza, encuentren formas de reducir el estrés y promover la armonía interior.
Cuanto más nos conectamos con lo que los taoístas llaman “cómo son las cosas”, más mejora a la vez nuestra salud mental, espiritual y física. Una de las piedras angulares del taoísmo es el Qi, literalmente «energía vital». Cuando esto fluye bien, nos sentimos sanos y vitales. Pero el estrés, las malas elecciones de estilo de vida y el exceso de trabajo pueden impedir el flujo y provocar enfermedades.
Es por esto que los taoístas desarrollaron el Tai Chi y el Qigong. Estas prácticas consisten en movimientos lentos y decididos que pueden relajar la mente y al mismo tiempo fortalecer el cuerpo o ayudarlo a restablecer el equilibrio. Estas personas dicen que están intentando que su chi vuelva a estar en acción.
La medicina taoísta enfatiza el uso de hierbas, dieta y acupuntura no sólo como tratamiento para enfermedades sino también para mantener una buena salud, un enfoque que refleja las actitudes modernas hacia la curación holística y la atención preventiva.
Además de beneficiar nuestra salud física, el taoísmo también puede ser estupendo para la mente. Wu Wei es un concepto fundamental del taoísmo que sugiere que no debemos estresarnos por cosas que no podemos controlar: cuando dejamos de intentar nadar contra la corriente (o lo que sucede de todos modos), encontramos una mayor tranquilidad.
Con la práctica, esta mentalidad puede ayudarnos a preocuparnos menos, pensar con más claridad y ser más resilientes ante los desafíos de la vida.
Al vivir en un mundo que a menudo parece caótico, la tradición taoísta le recuerda a alguien que su salud puede beneficiarse al cultivar la quietud interior, la simplicidad y el equilibrio. Estas cosas son importantes no sólo para los cuerpos sino para todo el ser (o el “ser”).
Entonces, ¿qué nos enseña el taoísmo?
La guía del taoísmo todavía tiene mucho significado hoy porque nos dice que sólo encontraremos paz y buena salud si dejamos de intentar controlar las cosas y aceptamos la forma en que transcurre la vida, al igual que el agua en un arroyo no intenta fluir cuesta arriba.
Las ideas taoístas también pueden ayudarnos a mantenernos bien (física o mentalmente) y hacer cosas por el bien del mundo, por ejemplo, viviendo de manera más sencilla y usando menos cosas.
Además de ayudar a las personas, seguir estos principios podría llevar a las personas a actuar de tal manera que haya suficiente para todos sin dejar de cuidar su entorno: ¡guiarse por textos antiguos puede ofrecer respuestas a algunos problemas muy modernos!
Sin embargo, ¿es posible que estos viejos conceptos cambien la sociedad actual? ¿O llevamos tanto tiempo alejados de la naturaleza que sus métodos ya no nos funcionan? Quizás la clave para un futuro más equilibrado no resida en perseguir el progreso sino en aprender a fluir con la vida misma.



